sábado, 23 de mayo de 2009

Túnel

Entramos en un túnel. Todo estaba oscuro. El tren avanzaba lentamente, paso a paso, como un animal cansado. Me asomé por la ventanilla, pero no se veía luz. El tren seguía avanzando despacio. No llegábamos al final y empezaba a ponerme nerviosa. Respiré hondo y me dije que tenía que tranquilizarme, que pronto estaríamos fuera, bajo la luz del sol. Imposible, no conseguía calmarme, todo lo contrario. Empecé a sentir una increíble angustia y la necesidad de saltar, de huir de allí. La oscuridad lo invadía todo, avanzaba lentamente y comenzaba a colarse en mi cabeza. Respiré hondo, pero no lograba encontrar la serenidad. No sé cuánto tiempo pasó hasta que oí su voz: "Tranquila, pronto llegaremos al final". Me surmegí en sus ojos y sentí que la calma se iba haciendo camino dentro de mí. Volvía a respirar. Conseguí que mi respiración se acompasara y volviera a su ritmo normal. Entonces la oscuridad desapareció y se hizo la luz al final de aquel túnel.

1 comentarios:

Blogger mis-herías ha dicho...

Los finales son imprevisibles, pero son siempre el inicio de algo nuevo. Todo es una espiral ;) Muakas!!

23 de mayo de 2009, 21:45  

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