domingo, 4 de enero de 2009

Regalos

Todavía ebria de buenos deseos y navidad me metí en la cama. Estaban frías las sábanas. Dí un par de vueltas hasta conseguir una postura cómoda y soñé con los Reyes Magos. A la mañana siguiente desperté, pero no habían pasado por casa y no había ni un regalo para mí. ¿Estaría todavía soñando?

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