martes, 27 de enero de 2009

Cerrando el grifo...


Lloré siete veces y aun me quedaban lágrimas.
¿Qué haré con ellas?, me pregunté.
Podría hacerme un lago.
Pensé entonces que me seguirían sobrando.
Quizá podría usarlas para tener mi propio mar.
¿Cómo podría llamarlo? No se me ocurrió nada.
Llené un vaso. Cerré el grifo.

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