miércoles, 20 de mayo de 2009

La tragedia de despertarme contigo

Te dormiste esta mañana. Sonó el despertador, pero debías andar en otros mundos, y no lo oíste. Yo también me dormí. Lo justo para que ocurriera. Al entrar al baño se mascaba la tragedia, era densa y pesada como una nube de verano. "No pases", me dijiste, pero al otro lado de la puerta me esperaba mi cita diaria. Dí un paso al frente, decidida, la mirada fija en los azulejos y la cabeza intentando huir. Entonces ocurrió, la tragedia me invadió, me rodeaba por todas partes, me estaba asfixiando, apenas podía respirar; perdí el equilibrio y me sujeté al lavabo. A mi espalda, volvió a sonar tu voz: "Te lo dije; yo que tú, no habría entrado". En ese instante maldije la suerte de despertarme contigo cada mañana y te deseé con todas mis fuerzas un salvaje estreñimiento.

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