Atraviesa, Groenlandia,
el quicio de la puerta.
Nosotros la miramos
con las gafas de sol
y el bañador mojado,
pegados, sin movernos,
a la pared del pasillo.
Procura no acercarte,
no se puede besar
con los labios morados.
el quicio de la puerta.
Nosotros la miramos
con las gafas de sol
y el bañador mojado,
pegados, sin movernos,
a la pared del pasillo.
Procura no acercarte,
no se puede besar
con los labios morados.
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