domingo, 18 de abril de 2010

Cuando llueve hacia arriba
no valen los paraguas,
correr por las aceras
es huir de una avalancha
de balas que se lanzan
contra diana segura,

las ranas de las charcas
se elevan hasta el cielo
para entonar su croar
de coros celestiales.

Entonces van las nubes
volando a ras del suelo
miedosas como niños
que han perdido a sus padres,
mientras los peatones
con la prisa de aquel
que otra vez pierde el tren,
les pega puntapies en los talones.

Yo prefiero los charcos,
las botas catiuscas
y poder refugiarme
bajo los soportales.

2 comentarios:

Blogger Jose Zúñiga ha dicho...

Normal. Prefiers una lluvia normal. Y si embargo la lluvia del revés nos ha traído estos espléndidos heptasílabos.

18 de abril de 2010, 12:57  
Blogger Ángel Muñoz ha dicho...

que manera de jugar con las palabras y las sílabas de los versos, pero tambien me quedo con los charcos y chapotear y las catiuscas ydemas. abrazos.

19 de abril de 2010, 10:13  

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