En el búnker
no se apaga la luz,
ni cae una noche
con estrellas fugaces,
un comandante ario
nos envía consignas
por correo electrónico:
"¡qué no pare la máquina!,
¡estamos rodeados
de crueles enemigos!".
En el búnker
crecen plantas carnívoras
a la luz
de un fuerte fluorescente.
no se apaga la luz,
ni cae una noche
con estrellas fugaces,
un comandante ario
nos envía consignas
por correo electrónico:
"¡qué no pare la máquina!,
¡estamos rodeados
de crueles enemigos!".
En el búnker
crecen plantas carnívoras
a la luz
de un fuerte fluorescente.