viernes, 26 de febrero de 2010

Cuando Prometeo robó el fuego a los dioses

En el fuego de un bar
el invierno es menos valiente
para lanzarte su aliento al rostro
y besarte en los labios.


"Ahora sí que he burlado a los dioses",
se jacta Prometeo entre copas de vino.

Y cuentas los compases
de la música que suena de fondo.
Descubres que siempre son los mismos.
Qué voy a hacer con ellos, te preguntas.
Quizá puedan servirme, es la única respuesta
que encuentras al enigma.

Se calienta las manos Prometeo,
el fuego no le quema todavía.


Tú conciencia te grita, con la voz de tu madre,
que los compases sirven para crear canciones
que siempre son la misma.
Nunca voy a creerme tamaña tontería,
responde tu conciencia
con la voz de una niña.

Se quema Prometeo las yemas de los dedos.
Suerte que todo cura cuando soplas la herida.

miércoles, 17 de febrero de 2010

Ahora se
que también mueren de pena
las flores de los jardines,
que ellas también se sonrojan
y les mata la vergüenza.

Ahora se
que tienen miedo
de los niños de los parques,
de sus madres, de sus carros,
de sus perros con collares.

Ahora se
que tienen nombre
de viento que apenas sopla,
de lluvía que apenas moja,
de sol que apenas calienta.

Ahora se
que escasean los jardineros
para curar la pandemia.

lunes, 8 de febrero de 2010

Dragones y mazmorras

¡Toc, toc!, tocan a la puerta.
Al otro lado, el dragón dormido sueña
con princesas encantadas,
con piratas y doncellas.

¡Toc, toc!, tocan a la puerta.
Al otro lado, el dragón despierta
con una herida al costado,
con una lanza y dos flechas.

¡Toc, toc!, tocan a la puerta.
El dragón pregunta:
¿quién hay tras la reja?,
espera el dragón,
pero no hay respuesta.

miércoles, 3 de febrero de 2010

Entre las dos palabras
hubo un temblor del labio superior,
se agitó la tierra bajo tus pies
y las banderas enarboladas
se delcolgaron de los mástiles
para volar allí donde el miedo
lleva cadenas.