lunes, 22 de marzo de 2010

Me sumerjo en tu mar
y sus olas me mecen.
Yo lo llamo piscina porque puedo
inventar los contornos a lo lejos.
Eso me tranquiliza.
Pienso que se nadar.
No voy a ahogarme.

Tú prefieres llamarlo
cualquier cosa en plural,
por ejemplo: nosotros,
o mejor: nosotros para siempre.
También has elegido
algunos otros nombres:
Cocina o Paraíso.
Creo que aquí no hago pie,
que voy a ahogarme.

Me sumerjo en tu mar
y sus olas me mecen.
Podemos, si tú quieres,
bautizarlo otro día,
o dejarlo sin nombre,
también puede llamarse
piscina con bordillo.
No tengas miedo, amor,
que voy a sujertarte.

miércoles, 17 de marzo de 2010

Ahora que te quedas
dormida entre almohadones
mientras salgo a la calle
a saltarme los charcos,
a luchar con las hojas
que se caen del invierno,
a buscarme un lugar
en un banco del parque,

ahora que dibujas las nubes
con tus dedos canijos,
mientras muerdo mis uñas
y suelto imprecaciones
contra el dios que gobierna
el mundo y la oficina,

ahora siento de veras
que no estés a mi lado,
que te quedes dormida
dibujando las nubes
y no pueda quedarme
contigo como siempre:
durmiendo sobre nubes
y soñando despierta.

martes, 2 de marzo de 2010

El silencio suena a teclas que redoblan
emitiendo una nana apenas perceptible,
a aparato de aire que acondiciona el tiempo
para dejarlo quieto, durmiendo al sol de un foco.