domingo, 18 de abril de 2010

Cuando llueve hacia arriba
no valen los paraguas,
correr por las aceras
es huir de una avalancha
de balas que se lanzan
contra diana segura,

las ranas de las charcas
se elevan hasta el cielo
para entonar su croar
de coros celestiales.

Entonces van las nubes
volando a ras del suelo
miedosas como niños
que han perdido a sus padres,
mientras los peatones
con la prisa de aquel
que otra vez pierde el tren,
les pega puntapies en los talones.

Yo prefiero los charcos,
las botas catiuscas
y poder refugiarme
bajo los soportales.

miércoles, 14 de abril de 2010

Atraviesa, Groenlandia,
el quicio de la puerta.

Nosotros la miramos
con las gafas de sol
y el bañador mojado,
pegados, sin movernos,
a la pared del pasillo.

Procura no acercarte,
no se puede besar
con los labios morados.

viernes, 9 de abril de 2010

París contigo

Tú creias que París
empezaba en las nubes,
mil veces lo dijiste:
mirad por la ventana,
debajo está Paris.

Habías enloquecido, pensé,
eso no era París.

París llegó después,
cuando nos entregaron
las llaves de la suite,
con su sillón Luis XV y tus canciones
invadieron el aire
para hacerlo más limpio.

Nuestras risas y estruendos
doblaron las esquinas,
nuestros pasos buscaron
París en los rincones.

París fuimos nosotras
andando por sus calles,
conviertiéndolo todo
en esta primavera
de flores deshojadas.